De la investigación surgió que Priscila Martínez (17) y Ricardo Sandoval (28) se enviaban y contestaban mensajes de textos. Incluso hasta hubo llamados. Es por eso que se va a peritar el teléfono celular de la menor con el fin de determinar si existía algún tipo de relación antes del supuesto secuestro como afirma la alumna de la Escuela Leloir.

El Litoral tuvo acceso a la declaración policial realizada por la chica en sede policial. Contó que el pasado lunes 21 de octubre ella salió del establecimiento escolar y fue interceptada por dos hombres en una motocicleta, de los cuales uno era San-doval, y mediante amenazas la llevaron a la casa del barrio Unión.

Según explicó, allí la encerraron en una habitación, no la dejaban hablar con nadie. Le daban de beber jugo y obligadamente le hacían fumar droga, por lo que siempre estaba dopada. Al ser consultada acerca de si fue abusada, contestó que no se acordaba.

Fuentes ligadas a la pesquisa señalaron a este medio que los resultados de los exámenes médicos que se le practicó a la menor serán determinantes para esclarecer el caso. En las próximas horas habría importantes novedades. Se intenta saber si fue abusada, si estaba bajo los efectos de alguna droga y se es verdad que siempre la mantuvieron encerrada. Este último dato se trabaja con los vecinos de la misma cuadra donde estaba alojada Priscila, ya que existe la versión de que la menor entraba y salía de la casa cuando quería.

 Sin embargo, el peritaje al teléfono celular de la adolescente es el que permitirá orientar la investigación. La Justicia cuenta con las herramientas tecnológicas para saber con certeza los mensajes de texto y llamados que realizó la joven en los últimos tiempos y si aún ya fuesen borrados se puede acceder a los datos.

Por lo pronto, los padres de Priscila se llamaron a silencio y están en la búsqueda de un abogado que los asesore. Confían plenamente en la versión que da su hija respecto de los hechos.

En tanto, desmintieron a los padres de Ricardo Sandoval que en declaraciones radiales dijeron que hace dos años eran sus vecinos. Los investigadores intentan llevar el curso de la pesquisa pero reconocieron que hay mucha mentira de por medio y eso les dificulta el trabajo.