Priscila Martínez de 17 años ya está en la casa de sus padres, pero aún resta conocer si se fugó del hogar por algún problema familiar o fue secuestrada como afirma su madre, Estela Velozo.

Fuentes ligadas a la investigación precisaron que Ricardo Sandoval (28) continuaba ayer detenido. Se trata del hombre con quien estaba Priscila en una vivienda del barrio Unión. En tanto confirmaron que no tiene antecedentes penales como trascendió.

En tanto se pudo conocer que el domingo cuando la Policía llegó a la casa situada en las 122 Viviendas, fueron atendidos por un hombre que les informó que Priscila estaba en el domicilio y que era la novia de su hijo. No hubo resistencia al operativo.

Por su parte, la madre de Priscila señaló que su hija no conocía al joven que supuestamente la mantenía cautiva y que ella “estuvo en contra de su voluntad todos estos días”. Insistió que al momento de ser hallada, estaba encerrada en un baño y que “la casa donde estaba era un desastre”.

En tanto recordó que la chica de 17 años afirmó que “la llevaron por la fuerza” y que tenía algunos golpes leves en las piernas, que podrían ser prueba de maltrato físico. Más allá de esto, expresó que “está mal psicológicamente” y que esperan los resultados de los estudios de sangre y orina para determinar la presencia de estupefacientes.

Al ser consultada acerca del día que Priscila desapareció conto que, “Priscila habría entrado al colegio y se encontró con sus amigas en el baño. Al momento de ingresar a clases, se habría quedado en el baño, maquillándose y tras darse cuenta de que no llevó dinero para comprar alimentos durante la mañana, salió a la calle a buscarme”.

Según la versión de Velozo la menor no la encontró y en ese momento, fue abordada por dos personas en moto, quienes, a punta de pistola, la habrían obligado a subir a una motocicleta, para llevarla al lugar donde estuvo retenida.

A raíz de este hecho, la madre comentó que Priscila no quiere regresar a la escuela "porque tiene miedo por lo que paso afuera. También señaló que el joven que manejaba la moto era quien la tenía cautiva en la casa, donde aparentemente “todo el tiempo le gritaban, le daban jugo todo el tiempo y un poco de comida, además de que la obligaban a fumar”, afirmó a Radio Sudamericana.

Velozo ratificó su versión al respecto de que los supuestos captores tenían la intención de llevarla a otro lugar para ser parte de una red de trata de personas. Explicó que esto tiene que ver con que todo el tiempo le habría quitado su teléfono celular y que quien obligó a la joven a permanecer encerrada en el baño de la casa podría tener un “prontuario judicial muy grande”.

“Ella me cuenta muchas cosas que él le decía o le hacía. Ella me dice que no hubo abuso, pero sí manoseo. Ellos le apuntaron con algo en la espalda y la subieron a la moto frente a la Escuela”, aseveró la mujer.