Miercoles 01 de Mayo de 2024 - hs - Corrientes, Argentina.

Creen que el anciano asesinado primero fue blanco de torturas

El hombre de 78 años tenía cortes y golpes tanto en el rostro como en la parte superior de la cabeza, como si lo hubieran atormentado antes de morir víctima de múltiples puñaladas. Ayer hubo otro allanamiento en la casa del joven detenido como presunto homicida.

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Los investigadores del asesinato del anciano de 78 años, ocurrido el viernes en la ciudad de Corrientes, sospechan que el hombre fue blanco de torturas antes de recibir múltiples puñaladas que causaron su muerte. Golpes y tajos en el rostro como también en el cuero cabelludo serían indicadores de que el homicida primero lo atormentó. En este sentido, una hipótesis apunta a que el atacante supuestamente trataba, de esa manera, hacer que su víctima revelara dónde guardaría dinero.

Cortes en una oreja, un puntazo en el pómulo, hematomas, además de tajos en la parte superior de la cabeza son algunas de las lesiones sufridas por Benjamín Benítez durante la salvaje agresión en su vivienda de avenida Pedro Ferré al 2340, en medio de un episodio enmarcado en una evidente tentativa de robo.

Ayer, la Policía allanó la vivienda de Facundo Gonzalo Frette, alias “Molida”, el joven de 25 años sindicado como autor del crimen. La intención era la de hallar ropas e inclusive una moto que el sospechoso habría usado para mantenerse prófugo durante unas horas.

Diario época, en tanto, conoció el relato que brindó en primera instancia Cosme Celestino Solís, de 62 años, el amigo del septuagenario ultimado, quien también resultó apuñalado cuando enfrentó e hirió al delincuente segundos después de llegar al escenario del crimen y sorprenderlo junto al cadáver.

Solís dijo que poco antes de las 7:30 acudió en bicicleta al domicilio de Benítez como lo hacía habitualmente. Apenas traspuso el portón de rejas que da a la vereda notó la puerta de la casa, situada al final de un patio delantero con árboles y arbustos, abierta.

Creyendo que su amigo estaba levantado el sexagenario dejó la bicicleta recostada en el umbral e ingresó. Tras recorrer un pasillo observó que en la cocina había una persona tirada. Primero vio las piernas y luego comprobó que era el anciano ya sin vida.

En ese instante Solís se quedó quieto e hizo un paso atrás al notar la presencia de un extraño, un joven quien a su vez lo descubrió y exhibiéndole un cuchillo le habría dicho “quedate quieto y vení para acá”.

Con la certeza de que el malviviente lo atacaría y temiendo la presencia de algún cómplice, Solís retrocedió poco a poco de espaldas hasta tropezar con un objeto que no supo precisar. La circunstancia fue aprovechada a manos del malhechor, quien le lanzó varias puñaladas. Así resultó herido en tres ocasiones. Uno de los puntazos, en el tórax, le perforó un pulmón.

En una acción de vida o muerte, el amigo de Benítez dijo recordar que agarró un elemento contundente con el cual le pegó al intruso hasta desencadenarse una lucha cuerpo a cuerpo con él, a quien logró quitarle el cuchillo y con esa arma lesionarlo, mientras éste corría hacia el patio para luego ganar la calle y emprender la fuga.

Tal como investiga la Policía, toda esta secuencia ocurrió entre las 7 y las 7:30, aproximadamente.
Benítez, jubilado, ex operario de la Dirección Provincial de Energía y viudo habitaba el inmueble solo.

Cuando la Policía llegó alrededor de las 7:35 alertada mediante un llamado telefónico al 911 halló un lavarropas metálico blanco junto al portón de rejas. Y en el pasillo interior de la vivienda, sobre el piso, un televisor. Eran los electrodomésticos que aparentemente intentaba sustraer el homicida.

Personal de la Dirección de Investigación Criminal (DIC) tuvo un intenso como efectivo proceder desde conocido el episodio. Poco a poco obtuvieron evidencia, testimonios y otros elementos que condujeron a identificar al sospechoso. La tarea policial, en la que intervinieron también efectivos de la comisaría Decimonovena, fue supervisada muy de cerca por el fiscal Buenaventura Duarte.

Al ser detenido en la casa de su madre, en calle Madariaga al 3300 del barrio Santa Teresita, Frette estaba herido en el rostro y la espalda.

Primero los detectives siguieron las manchas de sangre del homicida diseminadas sobre veredas, calles asfaltadas, calles de tierra y muros de casas que iba tocando con las manos. Tales rastros permitieron saber que desde el domicilio de la víctima el maleante herido caminó hasta llegar a calle Gobernador Goitia, siguió por Lavalle, dobló en Fragata Hércules, pasó junto a una canchita de fútbol, ganó avenida Santa Rosa y antes de llegar a Las Heras (barrio Colombia Granaderos) descartó la campera mojada en sangre que llevaba. Luego siguió unas cuadras más hasta la esquina de avenida Chacabuco y Alberti, donde junto a un comercio volvieron a quedar huellas de su presencia.

Desde el momento del homicidio y hasta las 16:30, cuando fue localizado, el sospechoso anduvo refugiado de un lugar a otro, ayudado por amigos y familiares.

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