En diálogo con época.com, ya recuperado, el joven que vive en el barrio San Gerónimo contó cómo fue el momento que le tocó vivir, luego de ir a ver un partido de fútbol. Todavía no cae, es como que aun no se dio cuenta de lo que pudo haber ocurrido si no se tiraba hacia atrás cuando le quisieron apuñalar con un arma blanca.
Kevin contó que luego del partido “estuvimos cinco minutos en la parada (de colectivos). Se bajaron cuatro sujetos de dos motocicletas, tipo Wave, una roja y una azul; y al bajarse nos decían ‘correntino te voy a matar’. Agarran a Chávez (Raúl, el socio del Albo que lo acompañó a ver el partido), cuando él zafa, se dirigen a mí. Al querer correr ligo un puntazo en el abdomen y al tirarme para atrás caigo y me golpeo la cabeza. Tengo cinco puntos”.



Ahí es donde “me golpeé contra el borde de una chapa. Ese golpe me produce los golpes en el cuero cabelludo. Después, al escaparme tuve que correr por un barrio y me dirijo a la Shell (estación de servicio). Ahí encuentro un patrullero del Chaco. Me tuvieron 50 minutos desangrándome, hasta que se decidieron a llevarme al Perrando”, dice sorprendido.
Además, agregó que “casi lo llevan preso a Chávez que me quiso buscar, se preocupó y casi lo llevaron preso porque estaban locos los policías”.
Luego de contar esa travesía, de la que por fortuna ‘la puede contar’, Kevin, quien piensa estudiar para ser ingeniero agrónomo, reflexiona y sentencia “casi me mataron con un puntazo, y en mi cabeza tengo cinco puntos. Hicimos la denuncia en el Chaco, en la 11ª”.
Fue una desgracia con suerte que se dio a un par de cuadras del Centenario, después de la victoria de Sarmiento por 4 a 2, y mientras la policía del Chaco detenía a unos 80 simpatizantes del elenco correntino. Las acusaciones van y vienen desde el Puente General Manuel Belgrano y, tenga quien tenga la culpa, la reflexión de todos deberá llegar porque la violencia sigue ganando terreno.