Lunes 27 de Mayo de 2024 - hs - Corrientes, Argentina.

Crismanich junto al remero Guerrero, oro olímpico en Helsinki 1952

El taekwondista correntino que ganó la medalla dorada en Londres 2012 escuchó la proeza de Guerrero y Capozzo, quienes llegaron a lo más alto del podio finlandés con un bote prestado por el equipo soviético. 

foto: Crismanich junto al remero Guerrero, oro olímpico en Helsinki 1952

El sitio web www.deportes.gov.ar juntó a los campeones olímpicos Sebastián Crismanich (Londres 2012) y Eduardo Guerrero (Helsinki 1952) en una charla imperdible con anécdotas y reflexiones.

El taekwondista correntino se sintió conmovido con aquella suspensión que, junto a otros deportistas, sufrió el legendario remero por la Revolución Libertadora de 1955, que lo dejó afuera de Melbourne 1956. “Hoy vivimos otra realidad, los deportistas nos sentimos respetados y dignos representantes”, expresó.

El encuentro entre Sebastián Crismanich -taekwondista correntino campeón olímpico en Londres 2012- y Eduardo Guerrero -histórico remero que junto a Tranquilo Capozzo ganó la medalla de oro en Helsinki 1952- se dio en el marco de la presentación del canal de televisión digital DeporTV, en Tecnópolis. “Ahora que estoy con Guerrero le pongo cara a un nombre que uno siempre escuchó”, les comentó Crismanich a los testigos de esa extensa charla.

“Guerrero es uno de los tantos protagonistas del deporte argentino que hicieron historia, es una gloria, una verdadera leyenda y para mí es un placer poder compartir una charla con él, escuchar sus anécdotas y recibir su aliento”, prosiguió Crismanich, impresionado con la historia de la medalla de oro del doble par en Helsinki y con la suspensión que, tanto a él como a otros deportistas, le impuso la Revolución Libertadora del ‘55 y por la que no pudo participar en los Juegos de Montreal 1956.

“Es así pibe, para Helsinki yo conseguí un bote y fuimos sin ningún apoyo de la Federación. Primero lo arregló nuestro carpintero, pero al suplementarlo tanto quedó con un peso de 10 kilogramos de más.

Encima al llegar se nos rajó la parte de afuera, imaginate los nervios que teníamos. Nadie nos prestaba un bote, hasta que al final a los soviéticos les dimos lástima y nos ayudaron. Un carpintero del equipo de ellos lo arregló y la historia termina con nosotros ganando la medalla de oro y ellos segundos por más de seis segundos de diferencia”, le contó Guerrero, de 84 años, a un Crismanich que, todavía con el recuerdo fresco de su título olímpico, no lo podía creer.

Crismanich le contestó: “Encima después lo sancionaron como a tantos otros y se perdió un Juego Olímpico, lo compadezco y lo felicito por este justo reconocimiento que le da hoy la Presidenta de la Nación en nombre de todos los argentinos”. Guerrero fue homenajeado junto al ex esgrimista Fulvio Galimi, el ex basquetbolista Ricardo González, los ex atletas Osvaldo Suárez y Walter Lemos, y la ex tenista ya fallecida Mary Terán de Weiss, todos ellos suspendidos por la dictadura del ‘55.

Y luego, en diálogo con la web de la Secretaría de Deporte, el taekwondista reflexionó: “En ese tiempo no tenían el apoyo que tenemos hoy, ni tampoco la difusión que hay en estos días. Son realidades muy distintas la que vivieron ellos y la nuestra, siempre es bueno homenajear a esta gente que fue la que allanó un camino que hoy por suerte, después de muchos años, puede florecer con apoyo al deporte de alto rendimiento y con mucho respaldo y desarrollo del deporte social. Hoy los deportistas nos sentimos respetados y dignos representantes, eso es importante”.

Guerrero saca pecho cuando afirma que ganaron a 28 remadas por minuto. Crismanich lo entiende y le pasa lo mismo cuando repasa aquel último combate en Londres. Y ninguno se guarda nada cuando analizan aquellos logros.

Pasaron 52 años para que la Argentina volviera a ganar una medalla de oro olímpico desde aquella proeza del remo en Helsinki, recién en los Juegos de Atenas 2004 el fútbol y el basquetbol subieron a lo más alto del podio.

Ya casi sobre el cierre de la charla, el ex remero posó su mano sobre el hombro del taekwondista y le dijo en tono paternal: “Qué de patadas tiraste en esa final olímpica, increíble pibe. Me puse muy contento con tu triunfo, te felicito. No aflojes nunca”.

Después del apretón de manos, Crismanich agregó: “A toda su generación le tocó vivir una etapa complicada de la Argentina, que te arranquen el sueño de participar de un Juego Olímpico como les pasó, ya sea por tener simpatía con un gobierno o por haber recibido una felicitación oficial, es muy doloroso y te marca toda la vida. Merecían este reconocimiento de la Presidenta de la Nación”. 

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