Marcos Ramón González, Ramón Valentín Zacarías, Diego Hernán Rodríguez, Jorge Ismael Acevedo, William Arnaldo Valenzuela, Eduardo Acevedo, Enrique Sosa y Alejandro Medina encontraron la muerte la fatídica mañana del 22 de marzo de 2012 cuando intentaban colocar un tanque de agua sobre débiles vigas de cemento. Fueron arrastrados por los escombros y sólo dos trabajadores sobrevivieron.

En una marcha realizada esta mañana por calle Junín, hermanos, esposas, hijos y padres de los fallecidos pidieron "memoria" a la comunidad para que no se olvide de las víctimas.

Victor Valenzuela, hermano de William (fallecido) y Nelson un de los sobrevivientes, comentó a la web de El Litoral que los forenses citaron a su hermano para declarar, a partir de allí, la causa podría avanzar. "Nelson hoy está bien, aunque le quedan dos operaciones todavía para corregir la espalda. Siente dolores y se mueve como robot, pero puede caminar" relató Victor.

"Mis padres siguen como pueden . Mi hermano está enterrado en el cementerio de San Luis del Palmar, hay veces que pasan todo el día allí", agrega el joven.

Nancy Ribero, esposa de Diego Rodriguez, dice que su hijo de 4 años habla como si su papá estuviese vivo. "Nos duele la impotencia y el vacío. Cada vez nos sentimos más solos. Queremos Justicia" pidió.

El propietario de la casa lindante a la obra en construcción que se derrumbó, Enrique Zarabozo acompaña las marchas de los familiares desde el primer día. "En 11 meses la vida nos cambió radicalmente. Perdí a mi padre y mi hijo de 8 años aún sigue con asistencia sicológica por la tragedia. Perdió su casa, su perro y su abuelo" relató.

Ahora esperan las declaraciones de los únicos sobrevivientes "con todas las irregularidades que tuvo la cauas" apuntó Zarabozo.

Algunos antecedentes de la causa

El año pasado, a dos semanas de la tragedia, los tres empresarios que se encontraban detenidos en la Comisaría Primera recuperaron la libertad, mediante una caución real millonaria. La libertad bajo fianza de los empresarios William Mayer, escribano que figura como el principal inversor del fideicomiso; Marcelo Mayer, el arquitecto que estuvo a cargo de la dirección de la obra, y Walter Bruquetas, responsable de la empresa constructora, fue de un millón de pesos con la promesa de cada 15 días presentarse en la Justicia..


El 9 de junio de 2012, se inició la ronda de testimonios de los obreros que sobrevivieron al trágico derrumbe del edificio, en el Juzgado de Instrucción Nº6. En esa oportunidad declararon el carpintero, José Molina, y el albañil, Hugo Acevedo. El relato de ambos fue conmovedor y coincidieron en que Carlos Valenzuela, el capataz de la obra, era el encargado del grupo de carpinteros. También relató que los obligaron a trabajar ese día a pesar que de todos los materiales estaban mojados por la lluvia y que recibían 100 pesos por día, pero en el recibo que les entregaban figuraba otro monto. A casi un año, todavía resta la declaración de más testigos.