Según comentó un familiar de las víctimas, el hecho se produjo en la madrugada del domingo luego de la finalización de los corsos.

Al terminar el paso de una de las comparsas, la familia regresó a su casa, en tanto que Augusto Ferrando dejó su traje y volvió al lugar de los festejos.

En el trayecto, el joven vio una pelea y luego de avisar a la Policía sobre el hecho, en circunstancias que se desconocen, fue esposado y llevado a la comisaría. A los gritos habló con uno de sus amigos, quien a su vez, notificó a los padres.

Ya cerca de las 6 de la mañana, el padre del joven, Carlos Alberto Ferrando, fue hasta la comisaría para reclamar por su hijo. Los policías presentes le aseguraron que no podía verlo por estar demorado y recién dos horas después pudo acceder al calabozo para buscarlo.

En su cuenta de Facebook, Carlos relató: “Cuando entramos con una amiga de Augusto a verlo, lo encontramos molido a patadas, sangrando y lastimado, con telas de arañas en la ropa y el pelo”. Ante la bronca de ver a su hijo en ese estado, el hombre increpó a todos los uniformados para saber quién fue el responsable de la golpiza.

Ahí comenzó la pesadilla para Carlos, quien aseguró que entre 6 policías lo agarraron en el patio donde lo esposaron y le propinaron una fuertes golpes. “Me decían: ‘Si contás esto te matamos a vos y a tu familia’”, relató Ferrando.