La base de la argumentación de Ackermann y Villegas se centra en la posesión jurídica que tenía el puerto militar de Montevideo a mediados del siglo XVIII sobre el archipiélago de Malvinas, la isla de Tierra del Fuego y las costas patagónicas. Incluso la isla de Fernando Poo, casi frente a África.

Luego, muchos isleños estudiaron en colegios de Montevideo y se trataron en el hospital Británico. Hasta el presente, los isleños mantienen una relación afectuosa con Montevideo.

<p .="" a="" apostadero.="" argumento="" atribuciones="" casi="" cede="" con="" dado.="" darle="" de="" diecisiete="" el="" en="" es="" ese="" explica="" favor="" firman="" fuerte="" hace="" las="" le="" lo="" mismo="" muy="" nadie="" no="" o="" os="" p="" pero="" que="" recuerda.="" style="\" text-align:"="" tratado="" un="" uruguay="" y="" ya=""> “Si eso no fuera lapidario, en 1972, cuando se firma el tratado antártico, se firma primero en el Senado uruguayo y luego en el Senado argentino. La base de esa firma es el tratado de 1841. Cuando los legisladores argentinos firmaron, estaban reconociendo ese tratado. <strong>Se ve que no leyeron lo que firmaban”</strong>, recalca Villegas. “Jurídicamente, nos corresponden a nosotros”, remata Ackermann. “Para mí, que soy argentino, fue muy duro darme cuenta de esto”, reflexiona Villegas.</p> <p style="\" text-align:"="" justify;\"=""> Entre muchas otras, queda sobre este tema flotando la simple y enorme pregunta: ¿por qué Uruguay nunca reclamó las islas? <strong>“Nosotros no hemos descubierto nada. Sólo profundizamos en documentos que ya existían”</strong>, concluyen los autores.</p></div>