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Miercoles, 28 de Julio de 2021
ITAIPÚ Y YACYRETÁ DIFICULTARÍAN LA RECUPERACIÓN DEL PARANÁ

El reconocido agroclimatólogo Eduardo Sierra señaló que el río perdió su “régimen natural” de normalización por la presencia de las dos hidroeléctricas. Una nueva fase seca podría extenderse por 30 0 40 años. En tanto, las lluvias abundantes retornarán en primavera.

El ingeniero agrónomo y especialista en Agroclimatología, Eduardo Sierra, brindó detalles a diario época de uno de sus recientes estudios que intenta descifrar el origen y futuro de la bajante del río Paraná. Ayer, en las costas del Puerto Corrientes, el caudal se estacionó en 36 centímetros (se mantiene alrededor de este valor en lo que va de julio).


El especialista recordó que entre 1929 y 1969 hubo una sequía continental en Sudamérica y en la actualidad, la Cuenca del Plata se encuentra en una nueva fase seca que podría durar entre 30 y 40 años.


El clima de esta región se caracterizaría por un ciclo compuesto por dos fases, una de bajante y otra de creciente. El siglo pasado, la fase positiva habría iniciado en la década del 70 y prueba de ello serían las históricas crecientes de 1983 y 1998.


“Después de la helada del 2007, recordada por la nevada en la ciudad de Buenos Aires, inició la fase negativa, y los efectos se evidenciaron en el 2019”, señaló. Vale remarcar que toda la Cuenca tiene una extensión de 3.100.000 kilómetros cuadrados, por eso la demora en los efectos. “Se trata de invasiones de aire polar que barren todo el continente, en otros periodos predominan los vientos tropicales”, explicó.


Asimismo, un aspecto en el que coinciden los especialistas es que los periodos de bajante son más prolongados que los de subida.

El especialista puso el foco sobre el funcionamiento de dos de las principales represas que existen en la Cuenca del Plata: Itaipú y Yacyretá. Según sus apreciaciones, las dos centrales mantienen un nivel del agua por debajo de su capacidad, por ejemplo, Itaipú se encuentra en 37 metros cuando su altura es de 127 metros. Entonces, cuando las lluvias regresen, no solo el suelo (acumula una sequía de dos años) deberá absorber agua, sino también estos dos embalses. Por ello, la recuperación del caudal llevará más tiempo.


Sierra asegura que el río perdió el régimen natural de autorregulación por la presencia de estas dos construcciones que hace 60 años no estaban. “Las anomalías en las precipitaciones no son muy marcadas en comparación a periodos normales”, sostuvo. Además, habría que incluir el dragado del pantanal brasileño, una zona natural de Mato Grosso do Sul que normalmente acumulaba lluvias y compensaba el caudal en épocas de sequía en los río Paraná y Paraguay.

El futuro del río
Los pronósticos establecen que las escasas precipitaciones se mantendrán hasta septiembre, cuando volverían “las lluvias importantes” hasta febrero. Fecha en la que el río entraría otra vez en bajante. Como dato positivo, el agroclimatólogo asegura que estamos en el pico de la fase seca, por lo que no espera condiciones más extremas en los próximos años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Diarioepoca.com