La presencialidad segura se cumplió a raja tabla en 1.600 establecimientos de la provincia. Hubo filas en las veredas para entrar a los predios y alcohol santizante para las manos.
Las primeras burbujas de los primeros años de cada nivel de la educación básica volvieron ayer a la presencialidad en medio de estrictas medidas de distanciamiento y protección para evitar contagios por coronavirus. Un panorama insólito y nunca antes visto en la historia de la provincia: niños y niñas con sus caras cubiertas y salones reducidos a un 50% de capacidad.
En los ingresos a las instituciones públicas y privadas hubo personal abocado a tomar la temperatura con termómetros digitales y aplicar alcohol sanitizante en las manos de los niños y adolescentes. Vale recordar que los padres no pudieron ingresar a los edificios como lo establece el protocolo a nivel nacional. Incluso, algunos directivos pedían que los tutores no se acerquen ni siquiera la vereda.
El orden para los ingresos fue estricto en algunos colegios y en casos aislados primó un desorden que complicó el distaciamiento social. El Instituto Monseñor Robineau hizo formar una fila a cada uno de los estudiantes en las afueras del predio previo a la entrada, al igual que el Colegio Nacional. Mientras que la Escuela Técnica Nº2 “Bernardino Rivadavia”‘ marcó sobre la vereda los espacios a cubrir por cada pupilo.
La apertura del ciclo lectivo 2021 generó una ansiedad que llevó a los padres y tutores del la Escuela Arturo Illia del barrio Laguna Seca a amontonarse a la hora de apertura del edificio. Una situación que fue fotografiada y difundida por las redes sociales. Por otra parte, la Escuela Técnica Pedro Ferré optó por el dictado de clases en el patio para algunos cursos específicos.
El Colegio “Manuel Vicente Figuerero” y la Escuela del Centenario fueron algunas de las instituciones que contaron con recursos para colocar un tótem sanitizante o torre dispenser en el acceso. La cartelería también abundó, referida a instrucciones sanitarias y el uso del barbijo.
Para el Nivel Secundario, el trabajo estuvo concentrado en los preceptores que debieron guiar a los alumnos al salón que ocuparán este año. Mientras que en los niveles Inicial y Primario, las maestras fueron las principales encargadas de marcar las medidas sanitarias a los alumnos.
Hubo casos excepcionales en el que no se cumplió la vuelta a clases. Uno de ellos fue el de la Escuela Nº2 Domingo F. Sarmiento, ubicada sobre calle Buenos Aires y 25 de Mayo, que abrirá recién la próxima semana por trabajos de mantenimiento y refacción integral.
Otro caso se dio en Esquina, la Escuela Nº632 “Julia Báez Milessi” tenía planeado retrasar un día el inicio por falta de arreglos, desinfección y refacciones en el techo, según informó el sitio web TN Esquina.
Vale recordar que las clases fueron suspendidas el 16 de marzo de 2020 en todo el país por la pandemia y, a fines de noviembre, la actividad retomó en algunos establecimientos rurales del interior.
¿Qué pasa si hay algún positivo?
La asesora Técnica del Ministerio de Educación, Mónica Alegre, detalló los pasos que establece el protocolo si uno de los integrantes de la comunidad educativa es notificado de portar el virus fuera del horario de clases: “Se avisará a todos los integrantes de la burbuja y a los que entraron en contacto con ellos y deberán permanecer entre 10 y 14 días en aislamiento”, precisó.
Además, cada edificio debe contar con un salón o espacio físico (puede ser al aire libre) en el que se aísle a el alumno o el docente que manifieste síntomas compatibles con COVID-19 durante las horas de clase. Al mismo tiempo, aclaró que todos los que tienen contacto con el estudiante o maestro que presente síntomas, tendrán que aislarse hasta conocer los resultados del test. “En el caso de que el sospechoso haya dado negativo, toda la burbuja retomará las actividades, pero el que manifestó los síntomas todavía no”, marcó.