"Estábamos manejando y necesitaba nafta. El Lamborghini azul se detuvo detrás de mí. Mi amigo decidió entrar (al minimercado de la estación de servicio) para conseguirnos agua mientras yo trataba de pagar en el surtidor pero hubo un error con la tarjeta, y por eso también entré. Apenas ingresamos, vimos una bola de fuego a través de la ventana. Salimos todos corriendo hacia el otro lado de la calle".

Es el relato de Parker Gelber, propietario de un Lamborghini Gallardo Spyder, quien había asistido junto al dueño del Lamborghini Huracan Performante del evento de autos denominado Goldrush Rally.

La estación de servicio en cuestión queda en Kirkwood, en el estado de Misuri (Estados Unidos). "No teníamos ni idea qué había pasado o qué auto se había incendiado. Llamamos al 911 y, cuando se apagó el fuego, pudimos ver que su auto (el del amigo) estaba completamente quemado, y el mío cubierto de cenizas", contó Gelber.

De acuerdo con el dueño del coche rojo, más tarde apareció un hombre y aseguró que había grabado lo sucedido. Según el testigo, observó que un auto se iba del lugar con la manguera del surtido aún colocada en su auto, lo que ocasionó el derrame de nafta sobre el motor del Lamboghini azul y la posterior explosión.

"La Policía encontró al hombre que provocó eso", señaló Parker, quien remarcó que "afortunadamente todos terminamos ilesos" ya que "no había nadie adentro del auto en ese momento".

Si bien no hubo que lamentar víctimas, el dueño del Huracan Performante deberá activar todos los procedimientos judiciales necesarios para recuperar los cientos de miles de dólares que cuesta el vehículo.