Miercoles, 17 de Enero de 2018
TALLER LITERARIO INCLUSIVO PARA NIÑOS EN LA PLAYA ARAZATY
Así lo indicó Soledad Sarasola, profesora de educación especial perteneciente al Centro de Atención al Desarrollo de la Infancia y la Adolescencia, que lleva adelante un taller literario para niños en la playa Arazaty. Es gratuito y se realiza los lunes y viernes por la tarde.
“¿Qué están pintando? ¿Querés pintar vos también?” dice un señor que se aproxima con una niña de 5 años a una carpa blanca dentro de la cual se encuentran mesas y sillas pequeñas ocupadas por unos niños que están dibujando. El individuo en cuestión es Brijido Veloso, tío de Sofía, quién se acercó a colorear con los demás pequeños que ya se encontraban con todos los materiales a disposición.
La actividad a la que se sumaron es el “Taller literario”, una de las tres propuestas que forman parte del Programa IncluArte, organizado por el Centro de Atención al Desarrollo de la Infancia y la Adolescencia (CADIA) . época dialogó con Soledad Sarasola, profesora de educación especial perteneciente al Centro y una de las encargadas de llevar adelante esta iniciativa.
El objetivo de esta propuesta es brindar a la comunidad el conocimiento para la aceptación de las personas con capacidades diferentes y brindar un espacio en el cual los niños puedan conocer más sobre estas cuestiones específicas, “entendiendo que la sociedad tiene que estar preparada para incluir a estas personas porque son como cualquiera de nosotros”, señaló Sarasola.
En cuanto a la modalidad de trabajo, las tareas pensadas se dividen en varias etapas: “En principio se lee un cuento inclusivo, después se hace una reflexión sobre el tema durante la cual los padres pueden observar como trabajan sus hijos o sumarse y meditar sobre todo esto”. También tiene facetas más dinámicas: “En continuado se les da una actividad en la que tienen que ilustrar, pintar o escribir algo sobre la historia, se exponen los trabajos de los chicos y se les da un presente por su participación”, explicó Soledad.
Los cuentos que se leen tienen un diseño pensado de antemano para ser didácticos y educar sobre la cuestión en torno a la cual gira el taller, “Uno de los más leídos es el que habla de un cuadradito que intenta ingresar en una puerta que es redonda. Sus amigos tratan de ayudarlo a cambiar, pero después de mucho pensar se dan cuenta de que no es el cuadrado el que debe modificarse”. El uso de esa conclusión a modo de metáfora invita a pensar que la sociedad es la que en realidad debe transformar su mirada hacia la persona con alguna discapacidad y buscar la manera incluirla.
Sobre la asistencia de los más chicos a esta actividad del programa IncluARTE dijo: “Al principio les costaba acercarse. Es entendible, al estar cerca de un lugar en el cual prefieren ir al agua antes de estar sentados. Luego se fueron acercando y tuvimos lindos grupitos. La semana pasada hubo muy buena convocatoria”.
A modo de reflexión acerca de cómo es posible mejorar como sociedad, Soledad incitó a que los mayores se involucren en el asunto: “Lo ideal sería que tomemos más conciencia de lo que implica tener una discapacidad.
En la mayoría de los casos, a las personas grandes les cuesta más ver esa parte de incluir al otro, no mirar al otro con rareza”. En este sentido, Sarasola resaltó el buen obrar de los pequeños: “Los chicos son los que más incluyen a las personas con discapacidad. Nos sorprendieron en estos días, porque tienen bastante conocimiento”, sostuvo.
“Salieron trabajos muy lindos”
Como parte de esta actividad, un medio local también sumó la palabra de Andrea Gómez, quién está al frente de la Dirección General de Discapacidad e Inclusión Social del municipio. “Empezar a entender que, por más que alguien sea de una manera distinta a lo que se considera normal, puede realizar las mismas actividades que las personas que no tienen estos inconvenientes y puede desenvolverse de la misma manera”, resaltó. Al igual que Sarasola, Andrea también se mostró sorpendida por la buena participación de los niños: “Durante los encuentros, los mismos chicos explican que algunos tienen compañeros que realiza una actividad de manera distinta, pero para ellos no es un problema”. Añadió que ellos lo toman como “algo natural, a diferencia de los padres que sí hacen esa diferenciación. Tenemos que promover estos mecanismos en la búsqueda de lograr una ciudad inclusiva” remarcó.
A su vez, demostró su entusiasmo por la recepción de los destinatarios de la iniciativa: “Además de reflexionar sobre los cuentos, los chicos realizaron trabajos con plastilinas, con lápices de colores y plasmaron lo que entendieron de esa tarea de integración. Salieron trabajos muy lindos”.